Pueden ser de hierro legítimo, o de aluminio o de acero enimitación de hierro. La calidad de estos muebles debe determinarse mediante un atento examen de la "limpieza" de las soldaduras. Si antes de comprarlos es posible que los inspeccione algún soldador profesional de tu confianza, sería lo mejor, pues podrá apreciar los defectos e imperfecciones, si los hubiera. De todos modos, lo más importante es que las soldaduras sean parejas y suaves al tacto, y que no presenten marcas visibles.
Estos muebles forjados, si son de hierro o de acero pueden lavarse periódicamente con una mezcla de agua jabonosa, preparada en casa con algún jabón que no sea de ingredientes muy activos.
Si el mueble se raya o se oxida un poco, el área dañada puede frotarse con lana de acero, y ser retocada con una mano de imprimador para superficies metálicas, que puede comprar en las ferreterías o en los establecimientos dedicados al giro de pinturas.
Si les das a estos muebles una mano anual de la misma cera en pasta que se emplea para encerar automóviles, preservarás muchísimo el color original del acabado.
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Que la pases Muy Ameno
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